MUJER Y TRABAJO EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS (COVID-19)

Lucia Sauma

REMTE BOLIVIA

De enero a agosto de este año 83 mujeres murieron en manos de su pareja. La mayoría de los feminicidios se dieron durante la pandemia y cuarentena, es decir que la violencia que ya afecta a 7 de cada 10 mujeres en Bolivia, se ha acrecentado por vivir encerradas con sus victimadores.

El peligro que representa el COVID-19 para las mujeres implica además de la violencia física otras amenazas a sus derechos y libertades. Como se puede leer en un documento de la ONU ¨Es probable que la profunda recesión económica que acompañe a la pandemia tenga un rostro claramente femenino¨.

Antes de la pandemia las mujeres se han insertado en el ámbito laboral ejerciendo trabajos mal pagados, en los que previamente renunciaron a beneficios establecidos por la Ley General del Trabajo como el derecho a un salario mínimo, seguro de salud, vacaciones pagadas, jornada laboral de 8 horas,  derecho al embarazo, baja por maternidad y otros derechos que son abiertamente desconocidos por los empleadores. Si esto sucedía en las fuentes laborales antes del COVID, posterior a la enfermedad la situación se vislumbra mucho peor La Organización Internacional del Trabajo estima que solo en los próximos tres meses se perderán casi 200 millones de puestos de trabajo, en el mundo, repitiéndose ese dato en el caso boliviano. Los despidos se masificaron y las mujeres (principalmente ellas) fueron despedidas sin ningún goce de haberes, sin los tres meses de desahucio, sin el pago de los salarios devengados y en muchos casos fueron obligadas a renunciar por quiebra de las empresas. 

En nuestro país el gran bolsón de actividad  laboral está en el trabajo llamado informal o de cuenta propia que implica principalmente la venta callejera, realizada en un 80% por mujeres, quienes también se han visto gravemente afectadas por la cuarentena de 5 meses que aún se cumple en Bolivia. Esto significó en los 2 primeros meses de cuarentena la pérdida del 70% de sus ingresos.

Otro tema importante a tomar en cuenta en el trabajo de las mujeres en tiempos de pandemia es el enorme aumento en las labores de trabajo reproductivo que no fueron repartidos en equidad dentro de los hogares y por el contrario se incrementaron en horas de labor. Por ejemplo el cierre de escuelas supone tener a los niños en la casa debiendo cuidarlos a la par que realizar todas las tareas del hogar, extremar los cuidados de los ancianos y los enfermos.

Se debe tener en cuenta que al clausurarse el año escolar se presenta otro problema que será asumido por las mujeres y es que cuando deban retornar a sus trabajos deberán considerar el cuidado de los niños que no podrán quedarse solos en sus hogares, lo que implica que muchas no puedan reinsertarse en sus trabajos.

La pandemia ha dejado al descubierto la desigualdad en la que las mujeres cumplen su doble jornada: el trabajo productivo que además suele ser más  precario para las mujeres y el trabajo reproductivo o de cuidado que generalmente es invisible, gratuito y de exclusividad de las mujeres. Y aunque la Constitución Política del Estado dice que el trabajo que se realiza en el hogar debe ser reconocido en las cuentas públicas, aún ni siquiera suele ser catalogado  como trabajo,  aunque la vida de las personas depende de él, más bien  se lo considera inferior seguramente porque lo ejercen principalmente las mujeres.