En todo pueblo hay una mujer luchadora, una mujer que ha dado la vida para conquistar la igualdad de derechos, para acabar con las relaciones de dominación y sometimiento que el patriarcado y el machismo coloniales y capitalistas han impuesto en América Latina. Brasil no ha sido la excepción.
El XX Foro de Sao Paulo en La paz ha permitido a los movimientos de mujeres compartir sus experiencias de lucha, los logros y conquistas obtenidas en el largo camino recorrido.
Laisy Morière, secretaria nacional de mujeres del Partido de los Trabajadores de Brasil, relata que en su país la llegada de Dilma Rousseff al gobierno significó un avance sustantivo en las reivindicaciones del movimiento de mujeres y en la construcción de una sociedad más igualitaria.
Morière destaca la importancia del XX Foro de Sao Paulo y señala que este ha permitido a las mujeres del mundo conocer y valorar la experiencia boliviana bajo el gobierno del presidente Evo Morales. Califica de histórico el encuentro y señala que los logros alcanzados por las mujeres son resultado del camino recorrido y que “las mujeres de Latinoamérica tienen un largo camino que recorrer para ejercer sus derechos que, en muchas partes, todavía nos son reconocidos”.
“Nosotras queremos que las mujeres estén en el Parlamento, el Ejecutivo, en las empresas públicas y privadas; esto nos une contra el patriarcado, por el derecho al trabajo”, dice Morière.
Explica que las mujeres exigen a los gobiernos políticas para el cuidado del hogar, para así poder avanzar con más fuerza en el ejercicio de los derechos sociales, políticos y económicos, limitados hoy por las desigualdades y la persistente discriminación patriarcal y machista.
“Las mujeres tienen que cuidar de la casa, los niños, a los adulto mayores, tienen administrar los alimentos, pero además tienen que trabajar fuera del hogar. Entonces las mujeres no tenemos tiempo para la política; por eso demandamos que los gobiernos promuevan políticas públicas orientadas al cuidado para que las mujeres podamos participar más de la política, para hacer conocer nuestras ideas al mundo”, afirma.
Respecto a los logros alcanzados en Brasil bajo el gobierno de Dilma, Morière señala que “ahora las mujeres brasileñas saben que una mujer puede ser Presidenta de la República; el Gobierno de Dilma ha sido muy importante para el desarrollo político de las mujeres”.
“Dilma ha desarrollado una política de inclusión de la mujer en el Brasil de gran impacto. Una política orientada a las mujeres pobres, hacia las mujeres más necesitadas. Es una Presidenta que impulsó políticas públicas para combatir la violencia doméstica, la violencia sexista. Ella está haciendo de Brasil un país más igual y ese es un camino que nosotras necesitamos conquistar: la igualdad plena entre hombres y mujeres”.
HACIA LA VICTORIA DE DILMA
La delegada del PT destaca que con “los gobiernos de Lula y Dilma, unos 40 millones de brasileños han salido de la pobreza; estamos hablando de una población cuatro veces más grande que la población de Bolivia”.
Morière destaca además que Brasil, como país continental con unos 200 millones de habitantes, presenta una diversidad plurinacional donde la inclusión sigue siendo una tarea fundamental. Recientemente se descubrió en territorio brasileño una comunidad indígena que no tuvo contacto -hasta ahora- con el resto de la población, esa una muestra de la complejidad brasileña.
En esa complejidad, Lula y Dilma han desarrollado políticas para incluir a los más pobres, pero además –en el plano internacional- fortalecer la unidad y la integración latinoamericana.
Aquellos logros del pueblo brasileño deben reafirmarse con la próxima reelección de Dilma en el Gobierno “para avanzar en los procesos de inclusión hacia una vida buena, una vida de felicidad”, dice Morière.
“La victoria de Dilma será un logro para la población brasileña y para América Latina. Elegir a Dilma es elegir un proyecto político de integración de la región. Con Dilma seguiremos avanzando hacia un futuro mejor para toda la región latinoamericana”, reafirma.
La delegada brasileña sostiene –como gran parte de las representantes en el Foro-, que “no hay democracia si las mujeres no participan en las mismas condiciones de los hombres, porque la democracia que no reconoce derechos iguales entre hombre y mujeres es una democracia coja”.
Agrega que “la lucha por una democracia con igualdad es una lucha histórica; porque las mujeres están en todos los niveles de la sociedad, desde los movimientos comunitarios, movimientos sociales hasta los movimientos sindicales y los partidos políticos. Participamos de todas esas luchas. No hay pueblo en el que no haya una mujer luchadora”.